domingo, 20 de mayo de 2012

Aquella Noche!


María Isabel Rave
Ya estaba tarde, había llegado mucha gente, entraban muchos grupitos de amigos, entre hombres y mujeres, pero sólo una me parecía hermosa, lucía su mejor pinta, tacones altos, jean oscuro y una blusa espectacular que dejaba ver sus sexis hombros; ella podría estar pensando que conocería a alguien especial esa noche. Había una mesa con varios tipos, se veían bien interesados en las chicas del bar, me daba por seguro en que querían una aventura sin importar cuánto tenían que pagar. Estoy acostumbrado a ver gente todo el tiempo, pero sólo esa linda mujer me atraía, de repente veo que se acerca a mi bar a pedir un trago, de cerca sí que era más atractiva, sus ojos decían más que mil palabras, quise ponerle conversa, pero sólo le dije; que linda estás!, Cómo te llamas?... sonriendo me respondió, mi nombre es María Isabel, se veía muy apenada, mientras sus amigos que estaba en la mesa la miraban celándola, quizás se preguntaban que estaría pasando que la veían sonriente, de devolvió sólo con un adiós, quería que se quedara para siempre; su simpatía me impactó, era tal y como imaginaba mi prototipo de mujer… era mi mujer ideal….

Andrea Lotero Guzmán
Llegaba la noche y con incertidumbre se preparaba para entrar en un mundo diferente, con una mirada temerosa y con ansiedad de conocerlo entro a un lugar que a simple vista ella imagino completamente diferente, observo cada detalle que adornaba este lugar, sus luces, sus aromas, sus participantes y todo el espectáculo que traía consigo,  de repente sus ojos se sobresaltaron y el asombro invadió su rostro al observar cada movimiento que se realizaban en los tubos.
Su atención se centro en cada uno de los reproductores de video que habían allí, su contenido ofrecía incansables momentos de sexo, ella no podía desviar su mirada, todo era sexo, cada vez que uno terminaba seguía otro de inmediato y esta combinación de pensamientos, videos, show, olores y solo sexo  invadían el lugar y el ambiente, para ella se volvía cada vez más fuerte e imposible de imaginar otra cosa, ella solo analizaba  y observaba como cada una de las mujeres que bailaban lo hacían sin cesar, y al final de cada demostración se retiraban con un hombre que ella miraba con asco.
La noche transcurría y tomo una decisión que pareció muy difícil, se puso de pie, suspiro y comenzó a caminar hacia donde se encontraba una de ellas, sentada casi desnuda hablando por celular, y tomando cerveza, la miro y sorprendidas las dos se saludaron. De manera sutil le pidió el favor que le respondiera unas preguntas, así se acercó a ella y con agrado le respondió favorablemente, se noto temerosa y al escucharla contar su vida, quedo más confundida que cuando cruzo la puerta de ingreso al lugar. Su rostro empezó a tornarse sorprendido, ella solo la escuchaba y podía sentir cuando la llamaban para prepararse en su próxima presentación, y así termino la conversación, sorprendida y con mucha rapidez se acomodó en su lugar y con su mirada distinta siguió observando, mirando su reloj y esperando la hora de irse.
CAROLINA MONTOYA GONZÁLEZ.
Cuando llegue a ese lugar me sentí  como si alguien me estuviera mirando, pero no era capaz de quedarme observando para darme cuenta de quien era, después de llevar un rato en el lugar se me acerco alguien ,se sentó a mi lado y se me presento, para decir  verdad no me genero mucho interés, no se porque razón empezamos a conversar de temas personales ,cosa que no hago con personas extrañas, y menos con alguien que de entrada no me generaba interés, pero al pasar los minutos y las horas ya no podía dejar de mirarlo, y menos con la historia que me contaba de su ex novia y de la embarrada que le habían hecho, al terminar la historia se acerco un poco más a mí y me dijo que lo único que esperaba de la vida era encontrar a una mujer sincera, bonita, que no se quedara callada ante todo lo que le dicen o reprochan y que no fuera gorda, yo me quede pensando que de pronto esa mujer era yo ,pero después se borro eso de mi cabeza y lo observe tan detalladamente que puedo describirlo como si fuera alguien tan cercano a mí , como mi hermano o como si en algún momento de mi vida hubiera escuchado de él o de la historia que él me conto, fue tanta la intriga que me genero que no era capaz de quedarme cerca de él , necesitaba un respiro, le pedí permiso y me retire , al llegar al baño me quede pensando un momento yo sola en medio de ese ruido y comprendí todo, me acorde de esa tarde que estuve en el café sentada, al lado de esa familia la cual contaba la historia de su sobrino y su desilusión amorosa, y comprendí que era el mismo, que las casualidades existen, y que me encontraba con la misma persona que le habían destrozado el corazón ,claro con razón su comportamiento y su actitud frente a una mujer , al salir del baño volvió donde él y comprendí que su dolor seguía ahí, y es mejor dejar que se cure solito aunque debe admitir que si cuando lo vi no me intereso al irme de allí me quede pensando en el sin explicación.
CATALINA ROJAS BARRERA.
 Aun estaba vacío Un grupo de personas llegaron bien tempranito y desde lejos se les veía la cara de sanos, se notaba que era la primera vez que iban a entrar a un sitio como este. El que primero los identificó fue Calos, el que cuida la puerta, ese es un experto "tumbando" a los hijos de papi y mami, siempre les cobra de más y más bobos ellos que hasta pidieron rebaja y entre todos hicieron vaca.

Entre ellos llegó una niña, alta, monita y blanca... yo me acuerdo de ella porque abrazaba al novio como para que ninguna de nosotras se lo quitáramos, pero aggggg la verdad ni me interesó siquiera la mesa donde se sentaron porque en toda la noche no fueron capaces ni de gastarnos mil pesos.

Pero algo si puedo afirmar, esa niña no despegaba la mirada de los televisores que hay en el local, era asombrada viendo las extravagantes escenas de sexo que por ahí se ven, y ni que decir de cómo miraba a mis compañeras cuando salían a bailar (las detallaba, las contemplaba)

Para ser sincera creo que ella duró mucho dentro de este astro lunar, se fue apenas terminé mi show principal y con una mirada muy profunda se despidió como prometiendo que nunca me olvidaría.


Natalia Díaz Osorio
Cada noche aunque parece ser la misma, llena de borrachos, peleas, amores, reencuentros, despechos; días en los que siempre van los mismos, y días en los que van otros y que causan más estragos que los que siempre van.
Ese día llego un amigo de toda la vida de esos que ha hecho y deshecho en este lugar y como era normal en el esa noche llego con una mujer que nunca antes habíamos visto y mucho menos con él, era un poco pequeña aparentaba menos edad de la que pudiera tener, aunque a decir verdad mi amigo no es muy alto entonces creo que no era mucha la diferencia entre ellos dos, ella tenía un estilo que llamaba la atención, de esas pintas que no ha todos nos salen, pero a ella esa noche se le veía bien y sabia que con eso impactaría a donde llegara. El y ella parecían apenas conocerse y aunque se les veía cierta coquetería también se les veía el miedo que los dos tenían de todo lo que pudiera suceder en esa noche o más bien para el resto de sus vidas. La noche continuaba y yo estaba en mi lugar de siempre en la barra trabajando como cada noche, cuando podía la observaba y aunque se le notaba estar contenta puedo jurar que su mente estaba en otro lugar, parecía que oía lo que mi amigo le decía mas no lo estaba escuchando, él como buen conquistador la tramaba con sus atributos, historias y obviamente con la ayuda del alcohol, como era de esperarse y después de dejarlos de observar por un rato, cuando los mire se estaban besando, claro, después del primer beso, todo el “pudor” que pudieran tener se perdió. Los vi por última vez estaban terminándose aquella botella de tequila y un poco más cerca, mas lejos de lo como habían llegado aquella noche, cuando se fueron, por mi cabeza pasaron mil cosas que entre ellos dos pudieron pasar aquel día.

DANIELA RESTREPO ÁLVAREZ

Ella era joven, no llegaba más de los veinte años,  estaba de negro y acompañada con 9 personas, era una mesa muy casual se notaba que sus planes no era frecuentar este tipo de lugares,  las mujeres eran sorprendidas y los hombres que estaban con ellas vivían nuevas experiencias esa noche. Mientras que pasaba los minutos, la hora determinada el vigor de lo que sucedía en el bar, prendas quedaban en el suelo y cuerpos que simplemente eran observados fijamente por nosotros los hombres que ni parpadeábamos pero yo percibía que al entrar aquí habían roto un tabú, que buscaban someterse a nuevas experiencias para saber que se escondía atrás de una fachada que simplemente podían ver al transitar la avenida.

Tatiana Serna Castrillón
Subimos hasta el tercer y último piso, era la terraza, cubierta en parte por una carpa y en el tope, el mirador, una barra metálica con sillas altas para sentarse a beber, había mucha gente, casi todo el mundo pega para ese espacio, será por la vista de la ciudad y de la autopista que es en toda la entrada  del bar, por allá a la izquierda de las escalas veo a otros viejos amigos marihuaneros haciendo de las suyas, voy y los saludo, mi amiga y yo nos damos un par de plones y bajamos por mi primo que me llama al celular informándome que está en la entrada, lo saludamos, a él le piden la cédula de inmediato y nos toca hablar con David, el dueño, para que lo dejen entrar, luego del pequeño tropiezo seguimos la rumba y pedimos 3 shots de la casa y finalmente una botella de guaro, nos sentamos en el segundo piso, por la parte alfombrada y llega una de las peculiares meseras del bar, una grillita con un poco de estilo, porque sin ese “estilo” no podrían trabajar en el bar, nos deja la botella, copas, dos vasos y una jarra de agua, le pagamos y se va, como ya son casi las 23 horas al parecer muchas no han desaprovechado su tiempo, vimos a una entrando al baño a vomitar y por allá detrás de nosotros hay una parejita(de chicas) besándose, porque por todo el bar aflora el amor al parecer, recuerdo la vez que del baño de los hombres tuvieron que sacar a una pareja heterosexual de su momento de fornicación.

Karen Vargas Duque
Una noche de rumba como cualquiera en un fin de semana en Medellín, Salí con mis amigos, la novia de mi amigo y sus mejores amigas de la U.

Bueno les cuento que el lugar es muy interesante, puedo decir que hace rato no iba a un lugar de estos, será por la edad que tengo, que me estoy sintiendo cuchito, creo que la noche estará buena, el lugar está muy divertido, muchas luces y buena música, la compañía no está tan mal.
Todos empiezan a mirar, llegó una amiga mas de kata, jajaja es muy linda y lo mas charro es que se ha pasado por la mitad de la pista!!, será que le gusta llamar la atención?, creo que si! Pues con su vestimenta todos la miramos....
-     tiene unos shorts muy ajustados, blusa negra y unos tacones que la verdad no sé cómo anda en eso, ella se me presenta y ni que hablar muy interesante si está, se sienta a mi lado y no me aguante de hablarle toda la noche.

Después de encontrar temas en común, no puedo evitar mirar a las bailarinas del lugar, creo que lo que gané con la amiga de cata, lo perdí por ser un hombre que le gusta deleitarse la vista, pero como no mirar tremendo show que es muy sensual, ellas ni lo miran pero todos los hombres nos quedamos bien atentos.
El show de las bailarinas me desvió de mi objetivo y al final no gané nada con la chica.

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