VISITA A EL MAMM
Antes de ir al museo me
permití conocer un poco de su historia, fundado en 1978 por un grupo
de artistas perteneciente a la llamada “generación urbana”, con el fin de
despertar el interés del público por el arte moderno y contemporáneo, desde su
fundación, no existieron limitaciones en el campo de las artes, la plástica, el
cine, la arquitectura, el diseño industrial y la crítica entre otras prácticas
artísticas contemporáneas. Comenzó labores como entidad de carácter privado y
sin ánimo de lucro, el 22 de abril de 1980 en la sede del sector Carlos E
Restrepo, en el 2008 se iniciaron las obras de re-destinación del edificio en la nueva
sede MAMM, antiguo Talleres Robledo, en el 2009 el MAMM abre su nueva sede en
Ciudad del Río, en 2010 recibe a cerca de 208.000 visitantes en su primer año.
Desde su creación el Museo de Arte Moderno de Medellín ha trabajado para ser
más que un museo, un espacio para el encuentro y la sorpresa, en el que tengan
cabida diferentes manifestaciones artísticas y culturales, que convoquen
públicos diversos.[1]
Humor, drama e ironía hacen parte de las 200 obras entre piezas, dibujos,
fotografías y esculturas que componen la exposición de Beatriz González en el
Museo de Arte Moderno. La comedia y la tragedia, Retrospectiva 1948 – 2010 es el tema
en el que se basan los cuatro ejes temáticos de esta exposición que muestran
sus inicios, de su descubrimiento de la cámara fotográfica, de su interés por
el gusto y del devenir político y social del país desde la presidencia de
Turbay Ayala.
El Museo espera consolidar este espacio de promoción y
reconocimiento a artistas colombianos, superando en esta segunda edición los
55.160 visitantes -entre noviembre 11 de 2010 y febrero 27 de 2011- que
disfrutaron de la exposición de Débora Arango el año anterior.
Ejes
temáticos
·
Inicios
1948-1965
Este núcleo contiene las primeras
manifestaciones pictóricas de Beatriz González y sus intereses iniciales por la
tradición de la pintura y la historia del arte; sus primeros ejercicios
académicos y las piezas que comenzaron a darle un carácter y un lenguaje
propios a su obra.
·
El descubrimiento de la cámara fotográfica 1965-1978
Dado que el acceso a los referentes
plásticos era a través de reproducciones en libros y materiales impresos, la
maestra comenzó a indagar por la correspondencia del color de las imágenes
originales y las reproducidas; este tipo de interrogantes sumado a otros
factores, le ayudó a identificar su interés por las imperfecciones en las
imágenes impresas, tema transversal en la obra de Beatriz González.
·
El gusto 1967-1985
Otra reflexión que ha estado
presente durante toda la obra de González es el tema del ‘gusto’. Desde su
regreso de Holanda y su encuentro con las crónicas rojas de los periódicos
locales, las láminas Molinari y el descubrimiento de los muebles y telones como
nuevos soportes de sus pinturas.
·
Desde Turbay (política, conflicto) 1978 en adelante
La
reportería gráfica y el interés estético por los periódicos la llevaron
inevitablemente a cruzarse con el tema político. Comenzó este proceso con
comentarios críticos al presidente de turno Julio César Turbay, pero a través
de diversos acontecimientos de la vida nacional comenzó a convertirse en la
pintora de la realidad colombiana, a hacer visibles opciones éticas a partir de
sus propias imágenes.[2]
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