HOJA DEBIDA
Después de una larga espera y un doloroso parto nací el 29 de octubre de
1990 en la Clínica del Prado en el Centro Medellín, en un hogar lleno de amor y
alegría el cual me esperaba ansiosamente,
pues sería la gran primiparada de
toda pareja recién casada, mis padres son de Amagá Antioquia y por ende toda mi familia es de
este pequeño pueblo pero gran infierno, sí fue en este lugar donde el sonido de las copas
empezaron retumbar mis oídos y cada vez este aturdidor ruido era más familiar para mí, igual que para mi papá y todos mis tíos pero lo que ellos no saben es que jamás he podido convivir con ello, lástima que
mi madre sí . Sin embargo he crecido en un hogar lleno de valores, amor, esfuerzo y mucha mucha verraquera.
Cuando éramos niños siempre teníamos un héroe y yo no era la excepción, solo que en
este caso no era parte de la ficción, la tenía en frente mío cada segundo, salvándome
de cada caída y secándome cada una de mis lágrimas, jamás me tocaba invocarla
ella siempre estaba ahí : mi mamá , mi mayor motivación junto con mi padre y
sus errores, son ellos los que me han dado el regalo más hermoso que cualquier
persona en el mundo me haya dado, mi hermanito, Pablo Posada Correa nació el 18
de marzo de 1995, mi hermano es ese ser que me llena de fuerza e ilumina mis
ojos con cada una de las cosas que hace, ese niño que aunque ya tiene 17 años, siempre será mi niño ,la luz
de mis ojos.
Me crie en Amaga aunque siempre he vivido en Medellín
con mi familia paterna compuesta por mis 2 abuelos, 9 tíos y 15 primos que
quepa aclarar que 14 son hombres, sí con ellos con quienes escuche mis primera melodías
de tango , Sandro el gran ídolo de todos mis tíos y que creo que por
generaciones el cantante jamás morirá . Estudie en el colegio las Bethlemitas
toda mi vida y me gradué en el año 2008 e ingrese a la politiquera Universidad
de Medellín, al programa de Comunicación y Relaciones Corporativas, cuando
cursaba mi segundo semestre la vida me jugo una mala jugada o no sé cómo llamar
lo que me ha marcado y ha dejado un
hondo vacío en este juego que se llama vida, el 22 de Agosto del 2008, el día donde todo se
nublo y fue totalmente oscuro, donde mis
lágrimas no paraban de caer cuando a las 8 de la noche mi mamá me daba la más escalofriante
y maldita noticia, que mi mejor amigo con el que compartí 7 años de amistad había muerto en ese maldito aparato que al ser humano invento, las motos, pienso
que fue demasiado fácil darle a cada
quien su tumba, comparando ese aparato que ni me gusta mencionar , Sebastián se
marchó, no hubo despedidas, mucho menos razones para que se borrara tan rápido esa
hermosa sonrisa, tal vez los ángeles del cielo se lo llevaron de mi lado para
nunca más volver, pero pienso que es absurdo profundizar en ello porque simplemente
no habrá un por qué sino una maldita resignación y como dijo mi papá : a nadie
espero para que nadie espere mi llegada y hay que aprender a vivir con el dolor
y seguir viviendo , pero no todo ha sido malo, en mi vida he conocido seres
preciosos, y que más que las copas dejaron de retumbar en mi hogar, el amor así
sea de estúpidos toco mi puerta, mis padres están juntos y lo más importante mi
sonrisa jamás ha desaparecido y aunque este mundo esté lleno de mierda y me
haya tocado comer mucha, nunca he perdido la fuerza y siempre he podido lograr
lo que quiero aunque sufro por el perfeccionismo, pero solo me queda la satisfacción
de poderlo hacer y no dependiendo de un
futuro y un pasado para poder sonreír .
Lizeth Posada Correa.
Buen texto y muy emocional la manera de narrar
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