miércoles, 15 de febrero de 2012

"Crónica de una Muerte Anunciada" - Diana Barrientos Londoño


La tarde de viernes, una tarde soleada, calurosa, ya empezaba a caer la noche y entre el tráfico que supone la ciudad de Medellín hacia las 6 de la tarde, en medio del suplicio y la inclemencia del arranque y frene de todos los carros que transitan por la calle 10 del poblado, se aproxima,  a tomar su turno de 6 a 2 de la mañana en uno de los tardeaderos y rumbeaderos más visitados en el parque lleras, el señor Carlos amparo, montado en su Chevrolet Alto modelo 2003, con el bomper trasero suelto de un lado, la placa totalmente despintada y la pintura de la puerta destruida, pues 20 minutos atrás, un blackberry hizo que la conductora de un Renault twingo no frenara a tiempo e impactara en la única herencia que le había dejado su padre.

En medio de la impotencia, la rabia, la factura pendiente del taller, el calor, el sueño, el hambre y la incertidumbre del futuro titubeante que supone un viernes en la noche, en medio de tantos personajes, mujeres, hombres, música, comida, cocteles y unos cuantos shots; Carlos amparo toma aliento, se pone su delantal estampado con un logo que irónicamente evoca paz, santidad y hasta un aire de tranquilidad; Tranquilidad que repentinamente se ve interrumpida  por la siguiente frase a 100 de volumen: “Escápate conmigo donde nadie nos vea, no importa que tu novio sea un Gonorrea”.

Había empezado, ya no había marcha atrás, era ahora o nunca; sonreírle a la gente, atenderlos, lidiar con sus caprichos, con sus quejas, con su preguntadera; soportar las niñas fastidiosas que se creen dueñas del mundo y a las que provoca darles una lección escupiendo en su vaso antes de llevarle su “Profecía”, coctel que combina 5 tipos de licor diferentes y con 1 quedan listas para triplicar su intensidad y ser insoportables toda la noche. Algunas veces piden 2.

Son las 9 en punto, ha superado ya un cuarto de su jornada, todo está tranquilo, pero es a esta hora que comienza el trabajo, llegan de todas partes con hambre o con sed, con ganas de empezar a ingerir alcohol, porque más tarde la fiesta que les espera es tremenda.
El sitio, una especie de terraza con una superficie de unos 75 metros cuadrados, alberga en su interior 15 mesas de madera con sus respectivas sillas barnizadas y asientos duros, para que no se acomoden mucho, solo hasta las 2 de la mañana. Al fondo 3 baños, uno de hombres y dos de mujeres, unidos por un lavamanos y un espejito en medio de ellos. En la barra, ubicadas respectivamente bordeando la misma; 5 sillas altas, supongo que para los despechados (as) que acuden al sitio para ahogar las penas, una caja registradora y varios empleados  más desempeñando felizmente su labor, con una sonrisa de oreja a oreja.

Ya son las 11:15, Carlos amparo, extasiado por la música a todo volumen, cansado del ir y venir con pedidos y a punto de una crisis auditiva por los gritos al oído de aquellos que al embriagarse , por alguna razón absurda, piensan que los demás no los escuchan y como si fuera poco el hecho de estar de pie 8 horas, con sueño, cansancio, tristeza y ganas de escuchar el sonar de la alarma de su medio carro desbloqueándose, para recibirlo en su acogedor interior y llevarlo a casa; PUM, sin previo aviso, se desata el problema de la noche, lo que le faltaba para hacer de las 2 horas y 45 minutos restantes, las más largas de toda su vida.

Una niña, vestida de rosa de pies a cabeza cual quinceañera, gritando a todo pulmón que tenían que responderle por una media de licor, un brownie y unas orejas de conejo que había perdido por llegar tan tarde y perder la reserva  que había hecho 15 días antes en el sitio, para celebrar, junto a sus 23 amigas su cumpleaños número 18, pues no había logrado llegar antes, por ese bruto que está ahí, que freno en seco y me causó un grave accidente…



                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  

2 comentarios:

  1. Super, revisa la redacción y el uso de ciertas palabras que no cuadran, y dale mas punto seguidos, pero la historia es bastante llamativa

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