¿EN BAR ANDO O EMBARRANDO? final natalia perdomo

Todo comienza como una simple tarea, un trabajo universitario…No sé que tendrá esta materia que me lleva a vos, no sé si es un lineamiento del destino o si es la fascinación que siento por tu presencia en mi vida aunque ya no estés presente de cuerpo lo seguís estando de alma, pero bueno.

La indecisión del lugar a elegir como siempre se hizo notar, el decidir si para allí o para allá, es una constante… que este es mejor, que no que el otro, que la música de allí, no que la de allá, en fin, elegimos el sitio y cogimos un taxi mi amiga como siempre con su black berry discutiendo con el que supuestamente es su ex novio pero al que nunca ha dejado y yo mirando por la ventana del taxi chismoseando el ambiente. Llegamos por fin al lugar, se encontraba algo solo sonaba un reggaetón, entramos y nos sentamos en una mesa con sillones (muebles–puffs) perfectamente acoplada para aproximadamente 12 personas, algunos muebles eran rojos otros blancos y otros silloncitos negros, la mesa era bajita… pedí entonces un daiquirí de fresa y mi amiga un mojito tradicional, analizando el lugar y las personas que allí estaban me pude dar cuenta de que una mesa relativamente cera a la de nosotras estaba mi ex novio con sus amigos que no me caen nada bien y con unas peladas que nunca había visto, inmediatamente mi estado de ánimo me cambio pero seguí como si nada hubiera pasado, el lugar no es muy iluminado tiene en el techo unas lámparas largas y de color negro, todas las paredes son blancas, en ciertos lugares hay unos grafitis negros, la barra está totalmente acoplada para que las personas que allí se sienten tengan un mínimo de contacto, el mesero pasaba y lo llamamos para pedirle dos de los mismos, el algo coqueto nos pregunto si nos íbamos a quedar solas, pero obviamente fue una pregunta tonta ya que las sillas estaban ahí no por hacer bulto sin esperando por alguien, me entro un necesidad por ir al baño y no precisamente una necesidad fisiológica, sino un desespero por moverme, por no quedarme estática, por no quedarme ahí viendo a mi amiguita hacer caras con su celular, me pare y de camino al baño un man me freno y me dijo que si quería un trago, me hastió la necesidad de los hombres por echarle el verbo a cualquier vieja que vean sola, lo ignore y seguí caminando, el baño estaba ocupado mi desespero se hacía mayor aún no entendía por qué estaba así hasta que vi que del baño de los hombres salió mi ex novio el llevaba una chompa que yo le regale, se quedo esperando que la dama saliera del baño, fueron los minutos más incómodos de la noche, la dama abrió la puerta y el todo un caballero le dio la mano para ayudarle a bajar el escalón, mientras ella en un gesto de agradecimiento le dio un beso, - El beso más corto del mundo… El beso más largo del mundo – entre al baño que estaba perfectamente limpio quedó el aroma dulce de aquella dama que de allí había acabado de salir, no fui capaz de sentarme en la tasa no fui capaz si quiera de mirarme al espejo, mis ojos se cristalizaron pero decidí salir de esta soledad.

Llegue nuevamente a la mesa, que ya no se encontraba sola, todos mis amigos estaban allí, incluso el amigo con el que me doy los picos (vulgarmente hablando) el estaba algo raro vio que mi ex salía del baño y luego me vio salir a mí, pero pienso yo ¿será que creyó que estábamos haciendo un trío? Los hombres son idiotas no piensan o se hacen los que no piensan, para que venir a ponerme problema será que no le parece suficiente que acababa de ver a mi ex con una dama como para rematar y ponerme problema a mi porque allí estaba él, que ironía, mi amiga tan indiscreta me pregunto que si había visto a mi ex, mi amigo escucho y se las dio de novio, me quiso poner problema, problema que yo no continúe, me pare de la silla, cogí mi chaqueta me acerque a la barra y al mesero que se nos había acercado momentos anteriores le deje mi numero escrito sobre una servilleta, salí, cogí un taxi y a eso de las dos de la mañana sonó mi celular… Era la voz dulce de aquel amante mesero.