Para llegar al destino de
este viaje, anhelado por muchos y abandonado por unos cuantos, tenemos que
realizar un largo recorrido lleno de obstáculos mentales y lastimosamente
muchas veces físicos.
El viaje inicia por la etapa
de la niñez, donde con asombro descubrimos que físicamente ya pertenecemos a un
bando nombrado según tu género, hombre/mujer, hembra/macho, pene/vagina;
también ya hay una carga social y una normatividad para cada uno,
rosadito/azul, muñecas/balón, barrer/mandar, etc.
Luego atravesamos la
pubertad y la adolescencia, época trascendental en la vida (especialmente
sexual) es la etapa de exploración diversa, como mejor lo diría la señorita
Antioquia es en ella (esta etapa) en que much@s optan por el tan mencionado
hombre con hombre y mujer con mujer, aunque valga la aclaración algún@s dejamos
de lado esa posibilidad y nos limitamos a quedarnos en el común mundo de los
heterosexuales. También se suelen conocer los primeros amores, se da el primer
beso y a veces se procede al antiguamente llamado desflore.
Diría yo que el intermedio
entre esta etapa y la que sigue, la adultez, es lo mas divertido y
descomplicado, además es fundamental para asegurar lo que te gusta y lo que no.
En la adultez la mayoría se
establecen con una pareja, con la que se tiene una rutina, hasta en la cama
(porque suele suceder que ya se limita solo a ese mueble) y de vez en cuando
una canita al aire no cae nada mal. Otr@s deciden “living la vida loca” y se la
gozan con toda y con tod@s, tanto que a veces las cosas no terminan bien, un@s
contagiad@s, otr@s beat@s (viviendo muchas veces aún con sus padres) y es mas,
otr@s se cansan y van de curas o de monjas y algunos hombres se descubren en el
tacto de próstata, una lástima para nosotras las mujeres, porque quizá de allí
surge la incapacidad de algunos y las insatisfacciones de muchas, así acudan a
su gran amigo, el que esta condensado en una pequeña pastillita azul, la de
color varonil, esa que a veces los deja mas jodidos de lo que ya estaban.
Finalmente en la vejez con
tanta cercanía a la muerte, hasta el libido muere, generalmente en los hombres
y ahí sí, pobrecitas las viejitas, a visitar mas de seguido los sex shops.
Escrito
por: Tatiana Serna Castrillón.
Quítale la primera persona, me gusta es conciso, la mirada es irónica, funciona
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