domingo, 19 de febrero de 2012


MI HOJA DE VIDA

En un lugar llamado León XII hace aproximadamente veinte años, nació una hermosa bebe, gordita, blanquita y juiciosa muy esperada por sus padres y su hermanito de dos años. Fue creciendo con el calor de hogar que no le ha faltado nunca, y con muchos mimos, que en lugar  de malcriarla la fortalecieron y le enseñaron a valorar todo lo que sus padres le podían dar. Al cabo de unos años se destaco en sus estudios primarios, secundarios y ahí va pasando por un lugar que le dicen la “U”, a pesar de destacarse en varias de sus actividades académicas, nunca le ha funcionado quedarse callada, quieta y reprimiendo sus deseos de hacer cosas que otras personas no estén de acuerdo.


La responsabilidad es algo que llego a su vida desde muy pequeña, ya que sus padres decidieron darle la tarea de llevar el timón de su vida escolar y personal, y aunque las piedras han sido muchas en su golosa, al cielo se llega  en un pie de alguna manera. Por su vida han pasado gran cantidad de personas, y de todas ha aprendido, pero más de las que le han hecho daño, y ha guardado este que aprendió para compartirlo con los que todavía hacen parte del laberinto al que pertenece y lleva veinte años descifrándo.

Nunca ha despreciado el amor y las aventuras de este, ya que hace parte de su cuerpo, más o menos como un tercer ojo, que todos tenemos pero no vemos ni desciframos porque así es el amor.

Y como siempre hay experiencias que marcan, en este laberinto no hubo una excepción, la muerte es una experiencia que tiene algo ajeno al cuerpo inerte, y es el sufrimiento del que en el laberinto queda, para ella es algo difícil de aceptar y le ha trastocado muchos sentimientos que duelen y dejan un vacio, y que al preguntarse por su explicación nunca ha tenido una respuesta ni la tendrá.

Carolina Montoya González.




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