miércoles, 29 de febrero de 2012


DESCRIPCIÓN:
Un lugar que no transito o no frecuento en la universidad, es un lugar con diferentes características y ambientes, en los pisos por donde caminé el silencio es absoluto, huele a humedad y las sombras dominan los pasillos como en una biblioteca.
Por las ventanas que se encuentran incrustadas en cada puerta, se veían movimientos sincronizados, cuando el profesor hablaba los estudiantes copiaban, él paraba señalando el tablero y los estudiantes miraban, él continuaba hablando y ellos copiaban de nuevo, parecían amaestrados, era entretenido. Después de 5 minutos se volvía monótono, seguí donde escuché ruidos de algún tipo de maquinaria, observé y los estudiantes estaban con bata blanca de manga larga, gafas, todos uniformados.
Me apoyé demasiado en la puerta la cual no estaba cerrada, sólo levemente ajustada y se abrió de para en par, dejandome entrar en contra de mi voluntad, todos me miraron como si fueran un dominó empujando al siguiente cada vez que se cae; primero los mas cercanos a la puerta, luego los de la segunda fila y así sucesivamente hasta tener todas las miradas fijas en mí. Por un momento me imaginé que caminaban hacia mí como zombis, queriendo convertirme en uno de ellos, me desperté, volví a la realidad y me fui. No recuerdo caras, sólo el olor del taller, decidí no mirar para atrás y no correr para no ponerme en evidencia con ellos, porque huelen el miedo, según lo que he visto en las películas.
Bajé un piso, no quise ver más salones para no ver el mismo panorama. Ya en el piso cero, se podría decir,  el panorama fue totalmente diferente, varios locales de comida, desde helados, postres, comida típica, menú del día, jugos, gaseosas y mucho más, por todo el piso se distribuyen mesas sin posición fija y con una o hasta 7 sillas. Era comparable con la sección de comida de un  centro comercial, y funciona igual, esperas tu turno por tu pedido; el ruido era mayor e inconsistente, diferentes conversaciones de las mesas se mesclaban en el ambiente haciéndolas ilegibles, comparándola de  nuevo con el centro comercial este lugar era mejor ya que su zona de entretenimiento tenía envés de carritos o avioncitos, una retroexcavadora.
Ya el tiempo se me agotó y tenía que regresar a mi bloque, a mi facultad, sin una zona de juegos como la que acabo de ver.

JOHN FLOREZ

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